10 consejos para comer más responsable
Nos guste o no, el consumo forma parte de nuestra vida. Sin embargo, como consumidores tenemos un gran poder, y es que podemos elegir los servicios o productos que consumimos, no solo por su precio y calidad, sino también por el impacto ambiental y social que generan. En este sentido, escoger productos de origen local, con precios justos y comprar lo que realmente necesitamos sin excedernos, pueden ser algunas de las acciones con mayor impacto que, como consumidores, podemos tomar.
Piensa bien lo que necesitas antes de ir al supermercado
El primer paso es hacer una lista de la compra coherente con el consumo de comida. De nada sirve llenar el carro, ya que no solo desperdiciamos comida, sino que dejamos sin ella a la siguiente persona que vaya a comprar.
Mira de dónde proviene el producto
Elige, siempre que puedas, productos locales para ayudar a dinamizar la economía de tu comunidad y a generar empleo. Además, estarás optando por productos más frescos, económicos y menos procesados.
Elige alimentos orgánicos
Puede que éstos sean más costosos que el resto, pero si tienes la posibilidad, comprarlos siempre será una manera de seguir apoyando su producción y tú tendrás la seguridad de que estás consumiendo algo bueno para ti.
Evitar los alimentos procesados
El 20% de los alimentos que consumen los españoles son ultraprocesados y fruto de un proceso industrial. Es importante que la comida, tanto en casa como fuera, esté elaborada con productos frescos, locales y de temporada.
Presta atención a la tabla nutricional de los alimentos
No importan solo la cantidad de calorías que contenga, sino también, y especialmente el tipo de grasas que contiene; lo cual podría darte un indicio de cuán procesado es, o si al alimento se le han adicionado artificialmente algunas vitaminas. Por lo general, en estos casos, los envases señalan dicho contenido, pero tendemos a creer que es un aporte propio del alimento y no un adicional.
No te dejes seducir por las publicidades
Todo lo que ves en un gran mercado ha sido planificado: las publicidades, el tamaño de los precios y promociones, el orden en las góndolas, la cercanía o lejanía respecto de otros productos, la música que escuchas, etc. Por eso es muy fácil que la publicidad cumpla con su cometido y te invite a comprar tal producto y no otro. Pero no todo es lo que parece: no te dejes engañar por las fotografías de los envases, ni por el empaquetado atractivo, ni incluso por aquellos alimentos de color verde que parecen ser light o diet, pero al mirar la tabla nutricional y comparar con el mismo producto en su línea tradicional, encontramos que tienen exactamente los mismos valores.
Escoge los productos que menos envases plásticos tengan
Debes saber que el plástico tarda entre 100 y 1000 años en degradarse. Sigue siendo uno de los materiales más usados para envasar los productos, pero hay algunos que llevan varios envoltorios plásticos, uno dentro de otro. Esto es un exceso y, si puedes elegir, es mejor que no los escojas ya que ésta será tu manera de decir que deberían pensar otra forma de envasar sus productos, más amigable con el ambiente.
Evita los enlatados
Además de no poseer la misma frescura ni nutrientes que la fruta o vegetal en su estado natural, los enlatados contienen alto contenido de sodio, químicos, conservantes y están envasados en aluminio, perjudicial para ti y para el ambiente.
No uses bolsas de plástico
Aún se siguen vendiendo bolsas plásticas para guardar las compras, pero no son necesarias si puedes llevar tus propias bolsas de tela que, además, son mucho más resistentes.
El congelador como aliado
Para los alimentos que se cocinan y no se consumen, y también para reciclar las sobras. El frío es un buen sistema de conservación para sacar partido a todo lo que tenemos por la cocina, y así no despilfarrar comida. Toma nota: mantén una temperatura inferior a los -18 grados, usa recipientes herméticos, rotula y etiqueta, y sobre todo controla los tiempos de congelado de cada alimento.